Algunas veces, antes de leer un libro, tenemos una idea preconcebida de lo
que nos vamos a encontrar cuando empezamos la primera página. Puede ser por
varias razones: porque alguien ya nos ha hablado de él o porque hemos leído
alguna crítica; porque el título nos sugiere el tema, o porque encasillamos al
autor en un determinado registro. Con el libro que acabo de leer me ha pasado
esto último.
Daniel Glattauer es el autor de dos novelitas muy fáciles de leer y que han
tenido un éxito impresionante en muchos países. Contra el viento del norte
se ha traducido a más de 30 idiomas y Cada siete olas, más de lo mismo.
Reconozco que me leí los dos libros en muy poco tiempo (la segunda parte en una
tarde). A mi parecer son dos pequeñas obras de arte, divertidas, inteligentes,
frescas y conmovedoras. Hace muchos años que el género epistolar, aquel en el
que las cartas manuscritas eran la única forma en que dos personas se podían
comunicar en la distancia, pasó a mejor vida. Glattauer actualiza y recupera
esa forma de comunicación y nos regala dos libros escritos en forma de correos
electrónicos.
¿Os imagináis que por equivocación alguien os envía un email y a partir de
aquí, sin veros ni una sola vez, empieza un maravilloso diálogo entre dos
personas, un hombre y una mujer, cargado de emotividad, seducción y mucha
emoción? Eso mismo es lo que les ocurre a los protagonistas de estos dos
libros. Leo y Emmi llegan a conocerse muy bien a través de esos correos, pero
se enfrentan a una duda muy interesante: ¿seguirán sintiendo lo mismo el uno
por el otro tras un encuentro “real”?
Después de leer estas dos novelas estaba deseando que el autor publicase
otro libro... hasta que llegó Siempre tuyo. Como os comentaba al principio no había leído
nada, nadie me había contado absolutamente nada del argumento. Así que empecé
con una sonrisa en los labios y esperando encontrarme con otra bonita historia
de amor. Pero os aseguro que a medida que avanzaban las páginas, mi sonrisa iba
desapareciendo y el miedo y la rabia se apoderaban de mí. En Siempre tuyo Glattauer nos muestra el lado
oscuro del amor, cuando el sentimiento se transforma en obsesión y acoso. El
autor divide el libro en quince fases, las que vive la protagonista de la
historia, Judith, después de encontrarse por casualidad con Hannes en un
supermercado.
Es una novela que te mantiene en vilo mientras la estás leyendo. Solo le
pongo un pero: para mi gusto acaba de una manera precipitada. La trama no se
resuelve hasta el final y en un par de páginas el desenlace sabe a poco. Una
pena.
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